El rock por encima de los cambios políticos

Otra vez Loquillo. Por si no hubo suficiente con su omnipresencia del día anterior: mesa redonda, firma de autógrafos y concierto en directo. Con imágenes de Loquillo y Los Trogloditas dió comienzo ayer miércoles, en Logroño, el ciclo «Panorámica actual del vídeoclip Nacional», incluido en la programación de la VII Muestra Nacional de Nuevos Panoramas, IBERPOP 90. Un ciclo dedicado a la difusión y presentación de los últimos trabajos de los mas relevantes creadores audiovisuales de nuestro país. 

La preocupación por la salud de la creación de vídeo española no es una novedad dentro del festival. Ignacio Faulín, coordinador general e «inventor» hace siete años de esta cita anual de la música joven española, explicó las pretensiones de este ciclo dedicado al vídeoclip. «En nuestro país no se le da aún la importancia suficiente a los vídeos promocionales de los grupos musicales. Afortunadamente, con el tiempo, la gente comienza a darse cuenta de que el videoclip es un trabajo artístico como otro cualquiera y cada día hay un mayor reconocimiento a la labor de artistas españoles, que pueden competir sin ningún tipo de complejo con extranjeros que llevan años en esto con, además, un apoyo mucho más fuerte en todos los sentidos».

La especial predilección de Ignacio Faulín por los sonidos de raíces hispanas está presente, aparte de algunos de los temas de las mesas redondas -como el de hoy mismo: «La conexión latina», en algún que otro concierto -los rumberos Combays o los mismos de esta noche 21 Japonesas- y muy especialmente en el ciclo cinematográfico «Sonidos y actitudes hispanas en el último cine mundial», que contó con la proyección, ayer miércoles, de la película de Jaime Chavarri Las cosas del querer. «En alguna ocasión -declaró Faulin- me han propuesto que trajera grupos extranjeros, grandes estrellas inglesas o norteamericanas, pero yo nunca he accedido porque esa no es la línea del festival. Nosotros pretendemos romper en lo posible con el exceso de oferta e influencia anglosajona que invade la música joven española. Nos gustaría ofrecer algo nuevo, dar a conocer el valor de la música latina. Dentro de nuestros proyectos está el de traer grupos del otro lado del Atlántico, caribeños o sudamericanos; sería interesante conocer de cerca lo que hacen los nuevos grupos de esos países».

Si por algo se ha caracterizado Iberpop a lo largo de su no tan corta trayectoria ha sido por el eclecticismo. Una mezca de estilos palpable en la programación de las actuaciones de ayer noche. Amplia gama de estilos para casi todos los públicos. Desde el pop sencillo y fresco de La Reina y Yo, grupo riojano al que quizá el concierto de anoche le sirva para grabar su ansiado primer disco, hasta el rock and roll guitarrero de los mallorquines La Granja, que dada su potencia, estética y planteamientos musicales quizá hubieran sido mejor acogidos por el público que el día anterior abarrotó el Polideportivo Adarraga para ver a Loquillo. Sin olvidar a las estrellas de la noche, los zaragozanos Héroes del Silencio, un grupo que a pesar de lo trascendente de sus letras y la oscuridad de sus sonidos -quizá demasiado lineales en esta actuación en directo- llenó el recinto de un público espeluznantemente joven, en su mayoría femenino, que seguía con verdadera devoción los movimientos escénicos del peculiar y cada vez mejor en directo, cantante Enrique Bomburi.

Además del eclecticismo, la visión de futuro es otra de las constantes de este festival. «Es cierto por aquí han pasado grupos que en aquel momento grabaron su primer disco y eran muy poco conocidos, pero que con el tiempo han llegado a ser números uno e incluso a vender en el extranjero. El caso más claro es el de Duncan Dhu, aunque nos pasó lo mismo con Los Ronaldos o con Martirio. Esa es una de las grandes satisfacciones que nos da el Festival». Un Festival que en estos siete años ha ido evolucionando y adquiriendo un prestigio que facilita en gran medida la labor de los que en él trabajan. «La verdad es que con los años y los resultados nos hemos ido haciendo un nombre», señaló Faulín.

«La gente al principio tenía ciertas reticencias por actuar como ponentes, actuar, etcétera, pero ahora no hay prácticamente problemas, en el mundo musical se empieza a respetar Iberpop». Un respeto extensivo a los órganos públicos que como el Gobierno de la Rioja, el Ayuntamiento de Logroño y ahora también el Instituto de la Juventud apoyan económicamente a Iberpop. «Nosotros no nos vemos alterados por los cambios políticos, primero estaban en el ayuntamiento los del PSOE y luego el PP, y aunque les teníamos, éstos nos han subido el presupuesto».

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