Estar más de dos horas en internet se considera adicción
La aparición del doble check azul en Whastapp ha abierto el
debate sobre el función que juegan actualmente las redes sociales.
Lo que en un
principio surgió como una herramienta de interacción inmediata para la sociedad
se ha convertido en una causa de adicción.
El especialista en psiquiatría
Andrés Roig advierte de que cualquier adolescente que use "más de dos
horas al día las redes sociales ya cumple criterios diagnósticos de una
dependencia a internet", o lo que es lo mismo: se convierte en un
redesadicto.
No hablamos de trastornos adictivos con sustancias como
podría ser las drogas o el alcohol, sino de un nuevo fenómeno in crescendo.
La
inmediatez, la accesibilidad y el aumento de contactos y relaciones sociales
son algunas de las particularidades que incitan al uso inadecuado de las redes
sociales.
Haciendo alusión a la ‘Campaña TIC’ de la Fundación Mapfre, Roig
desvela que el 21,3% de los adolescentes españoles entre 14 y 17 años
reproducen características propias de una conducta activa de adicción — además
el 39,2% pasan más de dos horas conectados y el 30% confiesan que descuidan por
ello sus actividades—.
"En este tipo de sujetos se dan las mismas
características que si estuviésemos hablando de una sustancia tóxica",
confirma el especialista perteneciente al Servicio de Psiquiatría del Hospital
Casa de Salud. De hecho, la última clasificación del Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales, por primera vez añade una nueva
categoría: el trastorno adictivo sin sustancias.
"Por ahora solo está en
ese grupo la ludopatía pero en sucesivas ediciones se irán incorporando las
compras, el sexo e incluso internet", asegura Roig.
Como cualquier droga, las redes sociales traen consigo una
serie de consecuencias — como son la dependencia o los fenómenos de tolerancia
o abstinencia— pero también unas señales de alarma que surgen para avisar de la
gravedad de la situación —privación del sueño, tiempos anormales de conexión,
descuidos de otras actividades, incapacidad para disminuir el tiempo de conexión,
aislamiento, irritabilidad, mentir sobre el tiempo real de conexión o
conectarse al llegar a casa, nada más levantarse o antes de acostarse—.
Sin embargo, y a pesar de los datos, la adicción a estas
aplicaciones aun está lejos de ser reconocida como tal.
"Es un fenómeno
relativamente nuevo, la gente es mucho más consciente de la adicción a los
videojuegos porque socialmente ya hay una percepción de los aspectos negativos
que te aportan. Hoy nadie te discute que hay que regular el tiempo de uso de los
videojuegos, pero échale diez años al Whatsapp y verás", comenta el
especialista.
Dentro del marco de los adolescentes, existe un grupo más
propenso a depender de este tipo de herramientas. Se trata de personas con
dificultades de relación social como puede ser problemas de timidez, de
autoimagen o autoestima.
Internet se convierte según Roig, en una
"prótesis tecnológica", dotando al sujeto de la posibilidad de
escudarse detrás de la aplicación para hacer cosas que en el mundo real no
sería capaz de hacer.
Pero esto no es más que una solución pasajera a un problema
que con el tiempo, acaba agravándose: "Internet les abre la posibilidad de
relacionarse con todo el mundo sin ningún tipo de freno, pero a la hora de
enfrentarse a situaciones reales va a ser insalvable y se va a convertir en una
fobia social", insiste el psiquiatra.
Para evitar llegar al punto en el que la tecnología domine
la vida humana, Roig ha lanzado junto a Agustín Franco, psicólogo clínico; y
Raquel Fuster, trabajadora social; un programa de intervención para
adolescentes y jóvenes en situación de riesgo.
El objetivo es tratar las
diferentes alteraciones de conducta y trastornos entre los que se encuentra la
adicción y la dependencia del móvil y las redes sociales. El tratamiento
dependería del caso pero iría desde la renuncia temporal de la aplicación hasta
el control de la misma.
"La finalidad no es la misma que si hablásemos de
una sustancia ilegal, que sería no consumir. Aquí hablamos de herramientas que
en algunos casos van a ser necesarias por lo que lo principal es que una
situación que está fuera de control pase a estar controlada", afirma.
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