Vegetarianos

Bill Clinton ha dejado de comer carne, huevos y leche, entre otros alimentos, y para Bill Gates el futuro será vegano. 

Así se expresó el fundador de Microsoft hace apenas tres meses, en un encuentro que se puede hallar en Youtube.

Un poco más cerca, el veganismo comienza a avanzar posiciones. Convicción ética es lo primero que se escucha cuando, a un grupo de jóvenes veganos, se les pregunta por las razones que motivaron un cambio radical en su alimentación.

"Los animales sienten, y esto es lo que se tiene en cuenta a la hora de respetarlos. Por eso soy vegano", explica Víctor Crespo (18 años), estudiante de Derecho y Administración de Empresas en la Complutense. 

Se adhiere así al movimiento de protección animal que aspira a conseguir un "nuevo estatus moral y legal para los animales", en palabras de la investigadora Estela Díaz Carmona.

Ella será la encargada de medir, dentro de unos meses, la recepción de una guía universitaria sobre los derechos de los animales, vegetarianismo y veganismo, entre otros conceptos. Lo ha puesto en marcha la organización internacional Igualdad Animal. Ya se ha repartido en universidades de Inglaterra, pronto se hará en España y, en el futuro, en México e India, entre otros.

En este documento informativo se define el veganismo como una tendencia creciente en Reino Unido: "Cada vez más gente está decidiendo reemplazar el pollo y otros productos por alternativas libres de carne". 

La opción vegana también suele hacer referencia a la salud. Un individuo más sano en un mundo también mejor sería el resultado de cambiar la forma de comer.

"Es un proyecto pionero en Europa, ya que vamos a contar con expertos sociólogos para medir el impacto de las guías a través de encuestas entre los universitarios, antes de repartirlas y después. En España esperamos comenzar el proyecto en febrero", apuntan desde la organización.

¿Cuál es el camino que lleva a un estudiante menor de 20 años a efectuar el salto? Para Laura Fernández (19 años), estudiante de Antropología Social y Cultural en la Universidad Autónoma de Madrid, el viaje comenzó en el rechazo a la tauromaquia.

"Luego una prima se hizo vegana y comenzó a transmitirme información. Me sentía contradictoria conmigo misma así que decidí, hace dos años, hacerme vegana. Antes era ovolactovegetariana", explica.

Laura es una cocinillas que explica que le encanta preparar hamburguesas de avena –"cueces todo tipo de verduras, zanahoria, pimiento verde y rojo, puerro, calabacín, lo mezclas con copos de avena y un poco de pan rallado, para poder hacer la forma..."– y que incluso su madre ha terminado por hacerse vegana".

No se puede decir que jóvenes como Laura y Víctor hayan sentido rechazo en sus hogares cuando decidieron comer distinto a lo habitual. También Víctor tiene ahora una madre que ha cambiado sus hábitos alimenticios. 

"Mis amigos ya se han dado cuenta de que se vive normal siendo vegano y, además, en Madrid cada vez hay más locales donde se puede comer así", cuenta.

Y es Rubén Ustero, tercero en la reunión que este suplemento puso en marcha en la taberna Viva Chapata, quien enumera: "B13, La Oveja negra, Shishane, Loving Hut, Rayén son sólo algunos de los locales que tienen opciones veganas".

Tanto Rubén como Víctor conocieron la organización Igualdad Animal en la universidad. El enlace no es casual. 

Según Javier Moreno, responsable de prensa del grupo, "la preocupación por los animales y por los hábitos alimenticios es una tendencia internacional y el público universitario está cada vez más preocupado por los animales y el medio ambiente".


Otra parada, cercana a Viva Chapata, fue el pequeño gran supermercado de Madrid Planeta Vegano.

Aunque tanto Víctor como Rubén y Laura sostienen que no hace falta comprar nada especial para ser vegano, sí reconocen que negocios como éste son necesarios, para un capricho en forma de mermelada, o quizá maquillajes que no investigan con animales e incluso preservativos y lubricantes.

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