Sin el hombre, la fauna de Chernobyl renace

Durante una prueba, el 26 de abril de 1986, el reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl explotó. El incidente fue devastador, emitiendo más de 400 veces la radiación liberada por la bomba atómica de Hiroshima.

Hoy sigue siendo el mayor accidente nuclear de la historia.

El trabajo de descontaminación comenzó inmediatamente después del accidente. Se creó una zona de exclusión alrededor de la planta y más de 400,000 personas fueron evacuadas del área. De estos, nadie ha vuelto a ver su hogar. E incluso hoy existen restricciones severas a la presencia humana permanente.

El incidente tuvo un fuerte impacto en la población. Aunque no hay datos claros, la pérdida de vidas ha sido enorme. Las estimaciones de muerte varían según el caso. Nadie sabe exactamente cuántas personas perdieron la vida. Directa e indirectamente.

El impacto en el medio ambiente también ha sido devastador.

Una de las áreas más afectadas por la radiación fue el bosque de pinos cerca de la planta, conocido desde entonces como el "Bosque Rojo". Los pinos murieron instantáneamente y todas las hojas se pusieron rojas. Muy pocos animales sobrevivieron a los niveles más altos de radiación.

Pero hoy, 33 años después del accidente, la zona de exclusión de Chernobyl, que cubre una vasta área de Ucrania y Bielorrusia, está habitada por osos pardos, bisontes, lobos, linces, caballos Przewalski y más de 200 especies de aves.


En marzo de 2019, la mayoría de los principales grupos de investigación que trabajan con la fauna de Chernobyl se reunieron en Portsmouth, Inglaterra. Estos estudios han demostrado que el área actualmente tiene una gran biodiversidad. Además, confirmaron la falta general de efectos negativos de los niveles de radiación actuales en las poblaciones de animales y plantas que viven en Chernobyl.

La naturaleza parece haber encontrado una manera de hacer que todo funcione.

Los investigadores también encontraron abundantes poblaciones en toda la zona de exclusión, incluso en las áreas más contaminadas. Además, encontraron signos que podrían representar respuestas adaptativas a la radiación. Por ejemplo, las ranas dentro de la zona de exclusión son más oscuras que las ranas que viven fuera de ella. Quizás una posible defensa contra la radiación. Pero los estudios también han detectado algunos efectos negativos de la radiación. Por ejemplo, algunos insectos parecen tener una vida más corta y se ven más afectados por las plagas en áreas de alta radiación. Algunas aves también tienen niveles más altos de albinismo, así como alteraciones fisiológicas y genéticas cuando viven en lugares altamente contaminados. Pero estos efectos no parecen afectar el mantenimiento de la población silvestre en el área.

La ausencia general de efectos negativos de la radiación en la vida silvestre de Chernobyl puede ser consecuencia de varios factores:

Primero, algunos organismos podrían comenzar a mostrar respuestas adaptativas que les permitirían hacer frente a la radiación y vivir dentro de la zona de exclusión sin daño. Además, la ausencia de humanos dentro de la zona de exclusión podría favorecer particularmente a los mamíferos. La última opción sugeriría que las presiones generadas por las actividades humanas serían más negativas para la vida silvestre a mediano plazo que un accidente nuclear: una visión bastante reveladora del impacto humano en el medio ambiente natural.


¿Cuál es el futuro de Chernobyl?

En 2016, el lado ucraniano de la zona de exclusión fue declarado reserva de biosfera radiológica y ambiental por el gobierno nacional.

Con los años, Chernobyl también se ha convertido en un excelente laboratorio natural para el estudio de procesos evolutivos en ambientes extremos, lo que podría resultar invaluable dado el rápido cambio ambiental experimentado en todo el mundo. Por el momento, varios proyectos están intentando reanudar las actividades humanas en el área. El turismo floreció en Chernobyl, con más de 70,000 visitantes en 2018. También hay planes para el desarrollo de plantas de energía solar en el área y para la expansión del trabajo forestal.

En los últimos 33 años, Chernobyl ha pasado de ser considerado un desierto potencial para la vida a ser un área de gran interés para la conservación de la biodiversidad.

Puede parecer extraño, pero ahora debemos trabajar para mantener la zona de exclusión como reserva natural. Debemos hacer esto si queremos garantizarle a Chernobyl un futuro, esta vez con la naturaleza.

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