La etapa ya tenía dueño
La inercia de la prueba hacía presagiar un control que finalizó poco después, con la labor de Emonds, Guijarro y Martínez. La estrategia a seguir para el director deportivo de Teka, González Linares, era esperar hasta que el kilometraje fuese menor hasta la meta. Un simple contacto entre técnico y pupilo sirvió para que Emonds se levantase de la bicicleta y en en pocos kilómetros tomase más de 30 segundos de ventaja. Era casi el final cuando restaban 27.000 metros y mucho golpe de pedal, ganador en este caso. Las diferencias fueron creciendo hasta los 2 minutos y 17 segundos a falta de veinte kilómetros del aplauso en la meta.
Cuando restaban sólo ocho (un minuto diecisiete segundos), el pelotón cesaba en su lucha porque se veía perdido. La etapa ya tenía dueño.
En estas ocasiones, director y corredor, conocen como nunca que el esfuerzo y la táctica han tenido una sincronización tan evidente como recompensada. Los grandes equipos, que esperan ver caer a Klimov en Sierra Nevada, trabajáron lo justo para no descompensar más, como en el caso de Banesto, unas diferencias que no aplacan la inquietud. La confianza de cambio de líder en la citada cota no está acorde con la diferencia que le dejaron tomar en sólo 108 kilómetros de una segunda etapa espectacular en el resultado.
Ayer se cumplió la norma, ganó un rodador, pero no al sprint, sino tras una tarea que muchos pagarán cuando las comiencen las subidas del agobio.
Ayer se cumplió la norma, ganó un rodador, pero no al sprint, sino tras una tarea que muchos pagarán cuando las comiencen las subidas del agobio.
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