Prohibido relajarse

El belga Nico Emonds (Teka) ganó la tercera etapa entre Denia y Murcia después de protagonizar una escapada en solitario de casi treinta kilómetros, en un día que se presumía relajado y se tomó en jornada de enorme trabajo. La Vuelta a España no ha tenido hasta el momento nada más que un momento de «relax» en el pelotón, el que permitió a Klimov hacerse con el maillot amarillo el pasado miércoles. 

El resto, es decir, el llano entre Denia y Murcia, ha supuesto un continuado ataque de muchos y diferentes corredores. Cuando lo normal en etapas así es el triunfo al sprint, Nico Emonds rodó a 45,4 kilómetros por hora para presentarse en la meta con cerca de un minuto, 53 segundos, sobre el italiano Silvio Martinello (Jolly) y Uwe Raab, alemán oriental del PDM, que encabezaron el sprint del pelotón.

Desde el kilómetro 8,5, en la meta volante de Javea, proliferaron los intentos de escapada y las peleas por acortar el tiempo previsto para la llegada, a pesar de que la etapa se alargó en 8 kilómetros -para evitar el paso por Alicante- hasta 204 kilómetros. Así, en el alto de las Planas, de tercera categoría, único puntuable ayer, Julio César Cadena, del Café Colombia, José Luis Laguía (Lotus), y y otro colombiano, Juan Carlos Arias (Café de Colombia), coronaban por ese orden.

Era el primer esfuerzo de una jornada que no podía esperarse tan ajetreada, pero que sin duda evalúa ya esta Vuelta hacia un trabajo tan excesivo como intolerable para muchos cuerpos. Resta lo peor, y esto ya se está convirtiendo en un rompepiernas. 

El trabajo de los rodadores se dejará notar en la montaña, porque ellos no tienen mucho que decir a la hora de escalar y su obligación es romper la carrera para vencer. Nico Emonds, un belga que su director deportivo, González Linares, ha llegado a calificar de «locomotora» explicó bien a las claras el por qué de esta circunstancia, tan simpática para el ciclista como motivadora para su forma de correr. Nico Emonds, Ricardo Martínez (Kelme) y Manuel Guijarro (Mavisa), decidieron fugarse sobre el kilómetro 105 para ir tomando ventajas a unfs18 pelotón de veinticinco corredores, que habían cercenado el gran grupo cerca de Benidorm (kilómetro 61,5). 

Este corte fue producto de unas luchas constantes que estiraron un pelotón que llegó a estar fragmenetado en cinco partes. Gregarios de los equipos importantes, Julián Gorospe (Banesto), Marino Lejarreta y Eduardo Chozas (ONCE), o el mismo Emonds y Giovanetti (Seur), habían formado parte de la cabeza de la carrera.

Los directores de equipo trabajaban a un ritmo vertiginoso a estas alturas, algo de lo que algunos de ellos han culpado a la organización de esta Vuelta. En el kilómetro 100, se formaba el conjunto de 25 escapados. 

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