La familia de los Borbones crece
Es bien sabido por todo el mundo que la temporada estival es una de las más relajantes y esperadas por cualquier hijo de vecino, principalmente por aquellos de las grandes urbes que esperan el mes de vacaciones como el agua de mayo para salir del agobio y el estrés y adentrarse en las plácidas aguas de nuestras playas, ajenos a los ruidos, los atascos y las masificaciones. Pero claro, cada año el verano en nuestra costa, me refiero de norte a sur, desde Vinaròs hasta Torrevieja, se convierte irremediablemente en un sinónimo de aglomeraciones y mundanal ruido, no por el gran número de turistas que vienen a vernos, aunque también, sino porque son muchos, muchísimos, los municipios que deciden en pleno mes de julio hacer obras de remodelación y asfaltados de sus calles.
Es el colmo. O sea, que cuando llega el calor y nuestros pueblos deben mostrar su mejor cara para atraer a los visitantes, entonces es cuando nos encontramos con calles cortadas y sin asfaltar, peones abriendo zanjas y todo patas arriba. ¿Es ésta la imagen que queremos vender hacia el exterior?
Nunca he entendido cómo la política municipal no se esfuerza en organizar sus proyectos durante los meses de invierno, cuando la mayoría de estos municipios tienen muy pocos visitantes y las obras en el espacio urbano son casi inapreciables por los vecinos. Pues no, generalmente los movimientos se empiezan a apreciar durante la Semana Santa y entonces el tema se va alargando poco a poco hasta plantarnos en el mes de junio, en el que por desgracia la historia continúa hasta bien entrado el mes de julio, lo que provoca una nefasta imagen de la localidad al turista que nos visita.
Las quejas por los ruidos, el polvo, la desorganización y el abandono son algunas de las críticas que estos días llegan a mis oídos, hasta el punto que muchos difícilmente volverán a pisar esta tierra. Toda una lástima.
Y por otro lado, mis felicitaciones a los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, por la feliz llegada de su primer nieto, el pequeño Felipe Juan Froilán de todos los Santos, un acontecimiento que paralizó el pasado viernes a medio país tras saberse que la infanta Elena había ingresado en la clínica Ruber Internacional. El nacimiento del primogénito de la infanta da continuidad a la dinastía de los Borbones.
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