Los Borbones y las corbatas
El Retiro muestra el mayor escaparate literario de España: la Feria del Libro más grande, más infantil y más electoral de los últimos años. Durante 17 días (los mismos que dura la campaña electoral), en el parque madrileño abundan tanto las hojas de papel como las de los árboles. Y, un año más, la ya tradicional presencia de la Casa Real convirtió la también tradicional inauguración de la feria en un acto lúdico-cultural que congregó a decenas de medios de comunicación. Esta edición, la 58, les tocó el turno a los Duques de Lugo.
Ayer, a las 12.00, la infanta Elena y don Jaime de Marichalar (acompañados por un nutrido cortejo donde figuraban el ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, y el alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano) comenzaron a recorrer las 466 casetas de la feria (ocho más que en la anterior). Tardaron dos horas. Si en estas dos semanas y media les siguen más de dos millones y medio de personas, batirán la marca del año pasado, cuando se vendieron 444.143 libros, que costaron 1.100 millones de pesetas.
Y, habría que añadir, el principal beneficiado del paseo ducal fue Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, primer nieto del Rey Juan Carlos y tercero en la línea de sucesión al trono. Un bebé que no sabe leer -aún no ha cumplido el año- pero que desde ayer cuenta con biblioteca propia.
Porque, durante el trayecto por las casetas, los Duques se hicieron -en algunos casos los compraron, en otros los libreros se los regalaron- con volúmenes infantiles de todo tipo. Desde una aventura de Julio Verne hasta los cuentos de los hermanos Grimm, pasando por una Biblia para niños, un libro con sonajero, una antología poética recomendada para los más pequeños lectores, El Madrid de los peques («la guía más completa para vivir con niños en Madrid»), Recuerdos de mis abuelos, novela de Bernardo Atxaga protagonizada por el perro Bambulo, y El príncipe Pedro y el osito de peluche, principesco libro regalado por el ministro Rajoy.
Aunque los duques también salieron de El Retiro con libros para adultos. Por ejemplo, nada más cortar la cinta que daba el acto por inaugurado, la presidenta de la feria, Sonsoles Silvela, los obsequió con un facsímil de una obra de 1769 sobre lecciones de doma y monta de caballo. Y después, al iniciar el recorrido por el Paseo de Coches, en la primera escala (la caseta de Rubiños, donde se puede leer que se trata de «la librería más antigua de España») les dieron dos obras sobre los animales, la literatura y la vida madrileña, además de las últimas obras de Miguel Delibes y Antonio Gala.
La comitiva inaugural no pudo saludar al novelista andaluz, ni tampoco a la mayoría de los dos centenares de autores que firmarán ejemplares de sus obras en la feria. Muchos de los escritores comenzaron a ocupar sus puestos en las casetas ayer por la tarde. Por ejemplo, en la caseta de Leer firmaron Lourdes Ortiz y Juan Manuel de Prada. Aunque los duques se encontraron con algunos autores, como Juan Luis Arsuaga (autor del libro sobre Atapuerca El collar del Neandertal) y la ex ministra Carmen Alborch. Y como otra política, Cristina Almeida, candidata socialista a presidir la Comunidad de Madrid, quien pronto se separó de la comitiva y, en vez de firmar autógrafos, escribía: «El futuro se llama mujer, aprovéchalo». ¿Votando quizá?
Después, la Infanta hojeó un libro familiar, éste que le ofrecieron en la Librería San Martín: Cara íntima de los Borbones, y el Duque se interesó por el libro Arte de ponerse la corbata. Ambos visitaron la caseta de la UNESCO donde quien quiera puede donar libros para los damnificados por los huracanes Georges y Mitch, el pabellón del Libro Hispano-Francés (una de las novedades de este año) y la exposición del libro electrónico, donde recibieron los CD-Rom Obras maestras de Velázquez y Desastres provocados por el hombre.
Después de que los Duques terminasen el paseo, Mariano Rajoy declaró: «La feria es una fiesta colosal de libros». El ministro recomendó a todo el mundo que la visite y que lea «para divertirse y para informarse». También indicó que la industria del libro tiene un gran valor cultural, y que factura casi medio billón de pesetas al año, «lo cual no es una broma».
Quien sí bromeó fue José María Alvarez del Manzano. Preguntado por si había aprovechado para hacer campaña, el cabeza de lista del PP para el Ayuntamiento de Madrid contestó: «Dentro de cada libro he metido una papeleta mía. No creo que se note, pero cuando los lectores los abran se encontrarán conmigo».
Las estrellas de la feria, además de los libros, son los autores. Este año, los organizadores (el Gremio de Libreros, la Asociación de Editores de Madrid y la Federación de Asociaciones Nacionales de Distribuidores de Ediciones) han decidido homenajear a seis de ellos: el historiador Manuel Fernández Alvarez, el Nobel de Literatura José Saramago, el periodista José María Carrascal, el dibujante Francisco Ibáñez, la poetisa Gloria Fuertes -a título póstumo- y el columnista y escritor Francisco Umbral.
Además se va a celebrar una treintena de actos en el pabellón de encuentros culturales. Por ejemplo: ayer hubo una mesa redonda sobre periodismo y literatura; hoy un recital de poesía amorosa; mañana un coloquio con Alfonso Ussía.
También pasarán por El Retiro hacedores de libros de todos los tipos. Desde periodistas del corazón como el marciano Boris Izaguirre o el tombolero Angel Antonio Herrera, hasta ex políticos como Miguel Angel Rodríguez y Santiago Carrillo, pasando por escritores de todas las condiciones: minoritarios y superventas; poetas, ensayistas y novelistas.
Los aspirantes a firmar en próximas ediciones pueden participar en dos premios. El de poesía para originales no inferiores a 500 versos ni superiores a 1.000, dotado con un millón de pesetas, que será convocado el 22 de octubre. Y el Concurso Open de Relatos que organiza Plaza Janés.
En esta edición hay otras novedades: un pabellón del Libro Hispano-Francés, unos stands en los se promociona la literatura de los países nórdicos y un contenedor donde se recogen libros para Centroamérica.
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