Tradiciones literarias


En la estela de afable didactismo de El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder, o Ética para Amador, de Fernando Savater, el novelista José Ángel Mañas presenta La literatura explicada a los asnos. Manual urgente para jóvenes y no tan jóvenes (Ariel). Un recorrido, a medias personal a medias canónico («son todos los que están, pero...», dice), por los clásicos básicos de la literatura española. «Pretendo facilitar el acceso a una materia bastante ardua. Aquí los asnos están reivindicados. Yo también soy un asno. Brecht tenía en su despacho un borrico de madera que al cuello llevaba un cartel: 'Que hasta yo lo entienda'». Y añade el autor de Historias del Kronen: «No he visto nada publicado sobre literatura de esta índole en España». 

Fray Luis de León, Eugenio d'Ors, Martín Santos, Trapiello, Umbral o Calderón de la Barca. Según por dónde le dé al comentador, que va picoteando de lo que prefiere (capítulos sobre teatro, novela, cuento, ensayo, cine, articulismo...), deslizando alguna anécdota personal. Informal pero en serio. Y sin salirse de su «familia de autores». Y con fragmentos de los textos originales. «Yo la primera vez que leí La Celestina en el colegio no la entendí. Y hay que aprender a tratar a los autores de tú a tú. La literatura explicada a los asnos pretende hacer accesibles los clásicos. La verdad es que tengo más pensamiento estético de lo que creía antes de escribir el libro. Aunque, como cualquier autor que hable sobre estética, tengo derecho a contradecirme», explica el autor. 

«Yo diría que este libro es una reivindicación de los géneros. Se puede entender más o menos dentro de una tendencia antiposmoderna. La hibridación de géneros o el pastiche son tendencias actuales que ya aparecen en el romanticismo. Yo diría que el posmodernismo es un neorromanticismo. Es un invento romántico, en realidad», considera Mañas. 

Por otro lado, choca que un autor nacido, crecido (¿y reproducido?) dentro de una generación de jóvenes escritores muy influidos por la literatura norteamericana, y el pop, presente este trabajo, comentando a Lope o a Zorrilla: «Bueno, en mí se dan dos tendencias. Por un lado Bret Easton Ellis o Russell Banks. Pero por otro, una influencia muy acusada de la corriente realista española. Clarín, Baroja, Umbral, Cela...». Sus familias literarias. «Por otro lado está también mi lado francófilo...». Muchas familias. Volvamos a la nuestra. 

«Yo diría que la tendencia natural del idioma español no es a ser barroco en sí mismo. Es más, hay una tendencia a la economía. Más allá de los barroquismos, el buen castellano intenta purgar, limpiar», explica.

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