Gran velada la de esta noche
Cuando el árbitro mexicano Ernesto Magaña, dé la orden de pelear al estadounidense Robert Daniels, campeón mundial del peso crucero (W.B.A) y al tunecino Taoufik Belbouli, aspirante oficial a ese título, en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, habrá comenzado algo más que un combate.
En las primeras sillas de ring estarán atentos al desarrollo del pleito numerosos representantes diplomáticos del mundo árabe. Seguro que en el fondo de su corazón anhelan la victoria del bello Belbouli, más allá de los lógicos sentimientos deportivos de triunfo.
Por qué no iba a ser así, si en el boxeo esto es habitual: Jack Johnson fue el campeón de los negros, Max Schmelling, el del Tercer Reich, y el gigante Primo Camera, el niño bonito de Benito Mussolini.
Lo cierto es que Madrid acoge hoy una extraordinaria gala pugilística, con cinco campeones mundiales -uno de ellos amateur- y con la presencia estelar del intocable virginiano de Norfolk, Pernell Whitaker, sobre quien van a estar puestas todas las miradas de los aficionados españoles, por ser el futuro rival de Policarpo «Poli» Díaz.
El boxeo en España vuelve a levantar cabeza. Si tan sólo hace cinco meses pisaba un ring español el que está considerado como el mejor pugil del mundo, libra a libra, Julio César Chavez, ahora la presencia de Whitaker, del argentino Dario W. Matteoni, aspirante oficial al título de los supermedios que disputará en menos de un mes en Montecarlo, así como el terrible pegador mexicano Genaro León, campeón mundial welter con 32 victorias por fuera de combate, hacen de Madrid, al menos por esta noche, la capital del boxeo mundial. La elección del campeonato de los cruceros, entre Damels y Belbouli, es todo un acierto de la organización.
Y es que esta división, creada para hacer de puente entre los semipesados y los pesados, se ha puesto rotundamente de moda. Su último rey indiscutible, un chico de Alabama con puños de hierro nacido en la tierra del algodón, ha demostrado que no hay nada imposible. Evander Holyfield, no es otro, ha destruido el mito de los kilos y demostrado que con una preparación adecuda y concienzuda los grandes monstruos de los completos están al alcance de los cruceros.
Por eso este campeonato que supervisa K.O. Internacional es más que interesante: Deportivamente se trata de dos campeones mundiales, con la particularidad que Taoufik Belbouli no perdió su título en un ring, después de arrebatárselo en Casablanca a Michael Greer sino que fue desposeído de él, tras no estar en condiciones de defenderlo a tiempo por culpa de una lesión de ligamentos en la rodilla.
La batalla de Madrid está servida. No hay que olvidar que crucero, es nombre de misil y de barco de guerra. La guerra deportiva, que a buen seguro estallará en la medianoche de hoy entre el actual campeón de Miami, el estadounidense Robert Daniels, y el árabe que pelea bajo la bandera de Francia Taoufik Belbouli, es un hecho. Por primera vez un evento de esta importancia se escenifica en un cuadrilátero español.
Es de esperar que en muy poco tiempo pueda hacerse realidad la soñada pelea entre Whitaker y «Poli», que tendrá el calor que proporciona el hecho de que uno de los púgiles sea el ídolo de la afición española. «Poli» y la televisión han rejuvenecido un deporte que, hasta hace apenas dos décadas, ha tenido campeones del mundo en España.
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