Le han retirado los rezos a Lady Di
Ya ni rezan por ella. A Diana de Gales le han dejado una pensión de no sé cuántos millones, pero ya no tiene quien le rece. De forma oficial, con su correspondiente comunicado y todo, se ha ordenado al capellán de Palacio -o como se llame esa figura en la Iglesia Anglicana- que retire de sus oraciones a la pobre Lady Diana Spencer. Como no han podido quitarle la custodia de los hijos, han decidido disminuir al menos la gracia divina que sobre sus ojos tristes caía cada mañana gracias a los buenos oficios del pastor y sus preces.
Cicatera venganza ésta de retirar a alguien las oraciones que por su bien se hacían aunque realmente yo no sé qué pintaba Lady Di en las preces del pastor y me pregunto ahora por la suerte que habrá corrido en este desagradable asunto la, al parecer, muy empecatada dama Sarah Ferguson. Si a Lady Diana, que es una sinsorga inexperta, la retiran de las plegarias, para la Ferguson, que es licenciosa y experta en diversas artes, rogarán toda clase de males y, naturalmente, el fuego eterno.
En eso de la preces y oraciones parece ser que siempre hemos sido más parcos y comedidos los católicos. Porque incluso en tiempos ya pretéritos en los que los palios estaban a la orden del día, que yo recuerde los oficiantes de la misa de doce pedían por nuestro Santo Padre el Papa Pío XII, nuestro obispo Casimiro y nuestro Jefe de Estado Francisco. Punto. Por allí no aparecía ni doña Carmen Polo ni mucho menos don Cristóbal Martínez Bordiú que hubiera sido, como aquél que dice y salvando las distancias, el Lady Di de la cosa anterior.
Ya sé que discrepo de mucha gente, pero a mí me sigue gustando esa Lady que se mueve entre el paréntesis de sus caderas, que mira con cara de decir «señorito, deme algo que el hambre es mu mala» aunque luego le ingreses miles de libras en el banco. A la pobre mía primero le quitaron las tarjetas de crédito y ahora la han expulsado de las oraciones. Mejor así, amor, mejor así. Lo tuyo era el sol cálido de la Mallorca luminosa y lo de tu ex las brumas escocesas donde pintar paisajes tristes con faldas escocesas. No se preocupe mi Lady: hay plegarias que en ciertas bocas se convierten en blasfemias y maldiciones.
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