De vuelta a los sueños eléctricos

La excusa era presentar su nuevo álbum Credo pero cuando se trata de una institución del pop electrónico como la Liga Humana no se puede hacer un concierto sin mirar atrás. Con lo cual su concierto de anoche en el Teatro Circo Price fue una reivindicación de tiempos en los que la electrónica representaba una revolución respecto a los planteamientos musicales de la época que le tocó vivir entonces.

El tiempo ha dado la razón a Philip Oakey, el cantante que se sumó al proyecto de Ian Mash y Martin Ware y acabó quedándose con él. Le acompañan por supuesto las cantantes originales Susanne Sulley y Joanne Catherall. Juntos se atreven a rememorar tiempos dorados del electropop, sin cortarse en hacer únicamente en todo su repertorio tres temas de su última entrega discográfica, Credo.

Al margen de puestas de largo de catálogo, Oakey y los suyos siguen ofreciendo un repertorio repleto de clásicos en el que da lo mismo un tema de hace 20 años o algo actual. La clave es que sea algo bailable.

Aparecieron en escena como en una máquina del tiempo, vestidos con guardapolvos de cuero y faldas reajustadas siguiendo haciendo honor a su fama base de títulos indiscutibles, aunque para empezar la fiesta se recrearon en lo último, por eso tocaron Never let me go, el tema que abre Credo. Pero, conscientes de que el público que había ido a verlos buscaba algo especial, se sumergieron de lleno en las glorias del pasado.

En el primer bloque de la nostalgia clavaron como en su tiempo dorado Open your heart, The sound os the crowd o The Lebanon. En una especie de ejercicio de yin y yan las coristas representaban la antítesis entre lo sofisticado y lo ordinario, algo que no permitía olvidar el título Perversion non profit, con el que enfilaron los bises, comenzando por una cuajada adaptación de su Bing boiled, con Oakey convertido en una especie de hombre elefante.

El final corrió a cargo, cómo no, de Togedher in electric dreams, un himno generacional para quien creció en los 80, auténtica declaración de principios en cuanto a nostalgia electrónica. Una generación que creció al abrigo de melodías concebidas por grupos como Depeche Mode o The Cure.

No hay duda, por lo visto, de que la mirada al pasado sigue garantizado enteros respecto a la aceptación popular, pero cuando se trata de inventores de la Historia es necesario cuadrarse y, haciendo gala al título emblemático del grupo, abrir el corazón.

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